Gutiérrez
Lorenzo M., Mora Rodríguez B., Henares López A., Muñoz Castillo I.
Hospital
Regional de Málaga
Objetivo: El propósito de
este estudio es determinar si las guías más usadas en España difieren en sus
recomendaciones con el fin de optimizar la profilaxis de uno de los efectos
adversos más preocupantes de la quimioterapia en nuestro sistema de salud: las
náuseas y vómitos inducidos por los antineoplásicos.
Material
y métodos:
Se analizaron las recomendaciones de las guías: Nacional Comprehensive Cancer
Network (NCCN), European Society for Medical Oncology (ESMO) y Sociedad
Española de Oncología Médica (SEOM) publicadas en el año 2016 para la
prevención de la emesis por quimioterapia. Se elabora una base de datos tanto
de los antineoplásicos parenterales como de los orales para identificar las diferencias
en los siguientes puntos: número de niveles de riesgo emetógeno, número total
de agentes antineoplásicos incluidos, número de agentes antineoplásicos que
aparecen sólo en una de las guías, número de antineoplásicos que se clasifican
en niveles de riesgo emetógeno distintos, número de agentes que se clasifican
diferente dependiendo de la dosis que se prescriba, recomendaciones de la
profilaxis a usar según los niveles de riesgo.
Resultados: Los principales
puntos de discrepancia entre las clasificaciones de las guías ESMO y SEOM con
respecto a la guía NCCN son los siguientes: En cuanto a los agentes
antineoplásicos orales, la NCCN divide en 2 los niveles de riesgo de producir
naúseas y vómitos: riesgo de moderado a alto y de mínimo a bajo; la ESMO y la
SEOM hacen más distinción, dividen en 4 niveles (alto, moderado, bajo y
mínimo). Sin embargo, las tres guías dividen en los mismos 4 niveles el riesgo
emetógeno de los agentes antineoplásicos parenterales. En total, en la NCCN se
observan 97 agentes antineoplásicos parenterales, de los cuales 53 (54.6%) y 27
(27,8%) no aparecen en la guía SEOM y ESMO respectivamente. También se
compararon un total de 62 agentes antineoplásicos orales, de los que 48 (77.4%)
y 22 (35.5%) no aparecen en la guía SEOM y ESMO respectivamente. Observamos
también que del total de agentes parenterales 11 (11.3%) y 4 (4.1%) estaban
clasificados en distintos niveles de riesgo emetógeno en la NCCN frente a la
ESMO y a la SEOM, respectivamente. Además, en la NCCN hay distinción en
el riesgo de emesis dependiendo del rango de dosis en 8 antineoplásicos,
mientras que en la SEOM Y ESMO sólo en 2 agentes. Por otra parte, en cuanto a
los agentes profilácticos recomendados según los niveles de riesgo no hay
discordancias significativas.
Conclusiones: Aunque existen
varios puntos de discrepancia entre las directrices de la ESMO, la SEOM y la
NCCN, sobre todo en la clasificación, podemos concluir que hay una concordancia
sustancial. La aplicación de estas recomendaciones a la práctica diaria nos
permite periódicamente actualizar actualizar nuestro protocolo para minimizar
la toxicidad emetógena de los tratamientos antineoplásicos. Como tal, las
guías están destinadas a ser novedosas, herramientas de alta calidad, lógicas,
prácticas y útiles para el clínico. La meta es la optimización de la calidad de
vida del paciente con el uso racional de los medios.
Referências: Anales do 14º
CONGRESO SAFH SEVILLA 2017 - Sociedad Andaluza de Farmaceúticos de Hospitales y
Centros Sociosanitarios.
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